#123

No tengo que deprimirme por fantasmas del pasado. O eso leí/escuché por ahí, porque si me quedo estancado en un recuerdo, no avanzo, no sigo, no conozco, no vivo.
Comenzamos con Lenguaje y las presentaciones piolas. Tallas que tiran, tallas que no escucho, tallas que son para molestarme, molestia que no me llega, llega gente a apoyarme por algo que jamás escuché.
En Arte, el bendito mural quedó hermoso, y tuve un siete por eso *-*. A la profe le gusta Adele, y películas que a mi también. Compartimos gustos, y conmigo es re simpática, bacanes sus horas de clases.
Electivo de Lenguaje, la hora decisiva del cortometraje, "es que Nixu, hay que terminarlo, para que el viernes tengamos todo claro". Con el notebook frente a mi, definitivamente es complicadísimo que trabaje. Al final igual me puse nerd y jugué Warcraft, y obviamente, no hicimos nada. Ideas varias, ninguna me convence realmente.
Entre los recreos me avisan que la prueba de Química no iba porque el profe no las pudo sacar. Entre los recreos me avisan que el tema en boga, ese del cambio de notas, se conversaría ahí, con el tío Pedro presente.
Entonces en Química fue como el punto de ebullición del día -para el curso-, porque al final, las cosas tenían que decirse, y de verdad es una lástima todo. La gente comete errores, y uno no sabe si lo correcto es perdonarlos, o sacárselos en cara. Ponerse de un lugar, o de otro. Para mi, se cayeron feo. Pero se arrepintieron bien. Filo, no quiero hablar más del tema.
La cosa es que en Electivo de Historia la tía Nany se notaba más tranquila y al final no pidió, y nadie tampoco entregó, su trabajo eterno de un ensayo como pregunta.
En la micro, después de arreglados los problemas, mirar hacia afuera me cagó la onda.
Ese gesto maricón que me hiciste, como riéndote de todo lo que pasó, y más de lo que no pasó. Esa forma burlona que tienes de sonreír terminaron por transformar mi martes 13 en un día de la mala suerte.
Me comí las ganas de llorar al verte, por respeto a la gente de la micro, y por sobre todo, respeto a mi mismo. No más de ti, ya lo dije, y por primera vez, no quiero seguir estancado buscando piezas de un recuerdo que tú mismo hiciste mil pedazos.