Si no he escrito estos días es porque soy un pajero de mierda, o porque mi mente se bloquea cuando blogger, y las palabras no salen. Me convence más la primera opción.
Queda súper poco, se nota, se huele, se siente en el clima del curso. Uno como que entra a la sala y está esta sensación de que las cosas se están terminando.
Una vez leí que siempre pasa que uno se encariña de las cosas cuando está a punto de perderlas, y resulta ser que exactamente eso me está ocurriendo. Nunca fui de abrazar a gente -excepto las chiquillas, que pasaba como lapa con ellas- ahora abrazo a todo el mundo, me encanta sentirlos cerca mío, llenarme con su calor para compensar todo el tiempo que los voy a tener lejos.
El vídeo que nos mostró la Thalya solo agrandó el sentimiento. Más encima yo pegado con la canción de Víctor Manuel, y ella nos hace escuchar Despídete junto a un montón de fotos y dedicatorias. Fue todo hermoso, y como que tomé ese gusto amargo de que verdaderamente no me queda nada, que son 25 días más de leseos, pruebas, trabajinformensayos y cosas varias.
Es una nueva etapa, ya lo sé, y escribiré sobre eso, pero no ahora, eso lo estoy guardando para cuando se me acaben los 25 días. Lo guardo para cuando efectivamente llegue el momento de decir adiós.
Del día no se puede contar mucho, viernes, día corto, matemáticas y un ensayo de mierda en que el di bote, como muchos otros, educación física y mi porrazo contra el suelo de la cancha, religión y el tema de la familia y los amigos. Sexualidad la próxima semana, ahí su buen toyo para cubrir las pocas ganas que tenía mi grupo de conversar ese día :B.
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