14 de febrero de 2012

Feliz año nuevo, de nuevo.

Hace poco, ayer en la noche -o antes de ayer en la noche, qué se yo de horas, estoy de vacaciones- llegué de un viaje a Algarrobo que hice con mi abuela y mis tíos. Fue reponedor en muchos sentidos, agotador en muchos otros. Pero por sobre todo, necesario. Más que nada porque necesitaba ese olor a eucaliptus de la carretera Casablanca-Algarrobo por la que caminábamos a diario para bajar a la playa.
Obviamente como acostumbro ahora, salgo con un libro para relajarme leyéndolo en mis horas libres -que allá, sin internet, es casi todo el día-, y el desafortunado libro que tocó con la mala suerte de toparse con arena y olor a marisco podrido fue "apuntes autistas" de mi favorito, Alberto Fuguet. 
En la contraportada se alcanza a leer como primera oración: "una autobiografía en clave", y lo que me impresionó de este tipo, es que su vida es exactamente como yo quiero la mía. Escribir para vivir, vivir del cine, conocer películas, y ver a mucha gente. Transformarme en una pseudo mutación de Lemebel-Cortázar y él. 
El punto es que con su ayuda, más el sonido de las olas, no me faltó inspiración para comenzar a practicar desde ya... y escribí.
Escribí bastante más de lo que escribo acá en Santiago, y le tomé realmente el gusto a tener un pedazo de papel en tus manos y traspasar con tinta y lápiz un pensamiento que te llega en milisegundos, y de la nada, se plasma ahí, en la libretita de Valparaíso que me regaló la tía Nany (por lo demás, uno de los mejores regalos de mi vida).
De eso me encargaré, entonces.
De traspasar la tinta a kilobytes en el infinitesimal universo del internet.
Acá la primera entrada:

Las anotaciones que hace Fuguet en "apuntes autistas" me hicieron en definitiva, mirar el traslado Santiago-Algarrobo con otros ojos, o con otros sentidos. Todo eso, sumado a CocoRosie, Cinco de Enero y Florence + the Machine generaron en mí una catarsis potente.
El sol está pegando fuerte, faltan unos quince minutos para las cuatro de la tarde, es lunes, y este viaje está recién comenzando. Quiero dármelas de viajero, y no de turista. A ver si el mar, el bosque y Algarrobo en general, me hacen sentir, pensar, ver, escuchar y vivir algo nuevo.
06/febrero.

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